The Oakland Museum, although it was the first project by the firm of Kevin Roche, John Dinkeloo, and Associates, remains relatively unknown outside the United States. After the untimely death of Eero Saarinen in 1961 and the need to continue ongoing projects, the firm gained recognition from critics and historians, especially following the construction of the Ford Foundation. It also solidified its commercial reputation through numerous commissions for office and corporate headquarters for major American companies. However, perhaps due to the firm’s later projects, which were less radical in their approach and sought more social and public aspects in architecture over the last three decades, Roche and Dinkeloo’s projects have lost international prominence.
El Museo de Oakland, aunque constituye el primer proyecto de la firma Kevin Roche, John Dinkeloo and Associates, sigue siendo una obra poco reconocida fuera de Estados Unidos. Tras el fallecimiento prematuro de Eero Saarinen en 1961 y la necesidad de dar continuidad a los proyectos existentes, la firma obtuvo reconocimiento tanto por parte de críticos e historiadores, especialmente tras la construcción de la Fundación Ford, como en el ámbito comercial, consolidándose mediante numerosos encargos de oficinas y sedes corporativas para importantes empresas estadounidenses. Sin embargo, posiblemente tras los últimos proyectos de la oficina, menos radicales en sus planteamientos, como una búsqueda de aspectos más sociales y públicos en la arquitectura de las últimas tres décadas, los proyectos de Roche y Dinkeloo han perdido relevancia internacional.

Visiting the Oakland Museum feels like exploring two projects in one: a terraced park that offers views of the city from different heights as it rises, and a network of underground galleries and passageways with both horizontal and vertical light sources that help soften the darkness of the interiors. This dual aspect of the project is not only spatial but also programmatic and accessible to the public. The park is free, and young people and families come to spend the afternoon, play in the large grassy plaza, and enjoy a quality space in Oakland. The museum, which charges an admission fee, has an educational focus on California and is divided into three main galleries: Art, History, and Natural Sciences.
Visitar el Museo de Oakland es ver cómo son dos proyectos en uno: por un lado, un parque escalonado que, al ir ascendiendo, permite ver la ciudad a distintas alturas. Por otro, una serie de galerías subterráneas y pasadizos con entradas de luz, tanto horizontales como verticales, que contribuye a atenuar la penumbra de los interiores. Sin embargo, esta doble condición del proyecto no es solo espacial sino también programática y de acceso al público. El parque es gratuito, vienen jóvenes y familias a pasar la tarde, jugar en la gran plaza de césped, y encontrar un espacio de calidad en la ciudad de Oakland. El museo es de pago y tiene un carácter pedagógico focalizado en California y se divide en tres grandes salas: Arte, historia, y ciencias naturales.
As Roche describes in an interview, the office was awarded the museum in 1961, a challenging time just after Eero Saarinen’s death. The other three partners in Saarinen’s office—Joseph Lacy, John Dinkeloo, and Roche himself—had several projects in the design and construction phase and knew that the only way to stay financially afloat was to secure new commissions. The Oakland Museum was interviewing 37 architects, including Saarinen himself, but after his death, the firm was removed from the list. Dinkeloo and Roche requested to be interviewed, and after their meeting in Oakland, they secured the project. The same strategy was used simultaneously with IBM’s project for the 1964 World’s Fair.
Tal como describe el propio Roche en una entrevista, la oficina consiguió el encargo del museo en 1961, en un momento muy delicado, justo tras la muerte de Eero Saarinen. Los otros tres partners de la oficina de Saarinen, Joseph Lacy, John Dinkeloo y el propio Roche, tenían varios proyectos en fase de diseño y construcción y eran conscientes de que la única manera de sobrevivir financieramente era consiguiendo nuevos encargos. El museo de Oakland estaba en el proceso de entrevistar a 37 arquitectos, incluyendo al propio Saarinen, pero tras la muerte de este, retiraron a la oficina de la lista. Dinkeloo y Roche solicitaron ser entrevistados y tras la reunión en Oakland, acabaron consiguiendo el proyecto. La misma estrategia ocurriría al mismo tiempo con el proyecto de IBM para la Exposición Universal de 1964.

The Oakland Museum was designed as a gentle artificial mountain, ascended both on its main level for the exhibition halls and on its roof through a public park. In this way, the museum and park face a large central space—a plaza with a garden area in the center that organizes both the outdoor space and connects the different entrances to the museum. This plaza, which is porticoed on several sides, connects to a partially covered walkway and a grand staircase that links the museum’s various functions: the café on the east side, the ticket booth in the center, the three exhibition halls across all three levels, the parking lot, and finally, the west entrance.
El Museo de Oakland se concibió como una suave montaña, a la cual se va ascendiendo tanto en su nivel principal para las salas de exposiciones como en cubierta a través de su parque público. De ese modo, el museo y el parque miran hacia un gran espacio central, una plaza con una zona ajardinada en el centro que ordena tanto el espacio exterior como conecta las distintas entradas al museo. Esta plaza, la cual está porticada en arios de sus lados, se conecta con un pasaje parcialmente cubierto y con una gran escalera que enlaza los distintos programas del museo el café en el lado este, la cabina para comprar los tickets en el centro, con las tres salas de exposiciones en los tres niveles, el parking, y por último, la entrada desde el oeste.

Visiting the museum on a weekday in the mid-afternoon, the park is quiet, with only a couple walking with their child in a stroller. The day is sunny, and gradually, more families will be approaching the park. The sunlight, enjoyed by these families, filters in lightly, dimmed as it enters the walkways connecting the building’s various galleries through skylights and illuminating the exhibitions through the east-facing sales areas. The museum is not situated in a particularly attractive part of Oakland, just a few blocks from Laney College and surrounded by busy streets. However, in a time when public space is increasingly undervalued and deteriorated, Roche and Dinkeloo’s project, with landscaping by Dan Kiley, creates a garden area with high-quality native plantings, allowing visitors to enjoy a natural environment separate from the city and observe it from different heights, as if from a watchtower.
Visitando el museo un día entre semana a media tarde, el parque está tranquilo, con solo una pareja paseando a su hijo en un carrito de bebé. El día es soleado y de a poco, más familias se irán acercando al parque con sus hijos. Ese sol, que disfrutan estas familias, entra ligeramente, entra atenuado en los pasadizos que conectan las distintas salas del edificio a través de lucernarios, y las exposiciones mediante las ventas que miran al este. El museo no está localizado en un área particularmente atractiva de Oakland, a escasos metros de Laney College, cercado por calles de alto flujo rodado. Sin embargo, en un momento en el que el espacio público es cada vez más denostado y degradado, el proyecto de Roche y Dinkeloo, con paisajismo de Dan Kiley, crea una zona ajardinada con vegetación autóctona de calidad, que permite disfrutar tanto de un entorno vegetal autónomo frente a la ciudad, como observar ésta desde distintas alturas, como si de una atalaya se tratara.
Cover image by Hidden Architecture.





















