“Sustainability,” “green,” “eco-friendly”: these terms have become bywords associated with the contemporary city. With the inception of LEED certification in 1998, and the advent of sustainable technologies such as solar panels, today’s urban designers are increasingly immersed in the conversation around sustainable design. Architect and sculptor James Wines (b. 1932), however, has been grappling with these questions since the early 1970s. His work has proven so influential within the architecture community that in 2013 Wines was recognized with a Lifetime Achievement award from the Cooper-Hewitt as part of their National Design Awards program. Wines, president and co-founder of the architectural firm SITE, has used his design platform to transform the traditional hierarchy between architecture and nature, the tendency to “discard” vegetation as secondary to our built surroundings, proposing instead an assimilation of structure and environment. “Buildings conceived of as integrations of structure and landscape,” he writes, “are mutable, metamorphic, and evolutionary, constantly conveying new levels of information.” For Wines, built, natural, and social contexts are in perpetual dialogue.  

“Sostenibilidad”, “verde”, “ecológico”: estos términos se han convertido en sinónimos de la ciudad contemporánea. Con el inicio de la certificación LEED en 1998 y el advenimiento de tecnologías sostenibles como los paneles solares, los diseñadores urbanos, hoy en día, están cada vez más inmersos en el diseño sostenible. El arquitecto y escultor James Wines (n. 1932), sin embargo, ha estado lidiando con estas preguntas desde principios de la década de 1970. Su trabajo ha demostrado ser tan influyente dentro de la comunidad de arquitectura que en 2013 Wines fue reconocido con el premio Lifietime Achievement de Cooper-Hewitt como parte de su programa National Design Awards. Wines, presidente y cofundador del estudio de arquitectura SITE, ha utilizado su plataforma de diseño para transformar la jerarquía tradicional entre arquitectura y naturaleza, y “descartar” [1] la vegetación como algo secundario dentro de nuestro entorno construido, proponiendo en cambio una asimilación de estructura y medio ambiente. “Los edificios concebidos como integraciones de estructura y paisaje”, escribe, “son mutables, metamórficos y evolutivos, y transmiten constantemente nuevos niveles de información”. Para Wines, los contextos construidos, naturales y sociales están en diálogo perpetuo.

Wines’ 1986 design for the Pershing Square redevelopment in Los Angeles illustrates the architect’s unique design philosophy. Though the project ultimately went to architect Ricardo Legorreta and landscape architect Laurie Olin, Wines’ proposal is commendable for its effort to revolutionize the historic square while paying homage to the surrounding context. Wines was inspired by the city’s topography, a “vast, gridlike carpet with rumpled corners where the hills surround the central plain,” as well as the city’s cultural mosaic. Using the park’s original footprint, Wines developed an undulating topography around the square’s periphery, leveling the space into a central valley at the square’s nucleus.

El proyecto de Wines en 1986 para la remodelación de Pershing Square en Los Ángeles ilustra la filosofía única del arquitecto. Aunque el proyecto finalmente adjudicado al arquitecto Ricardo Legorreta y  la paisajista Laurie Olin, la propuesta de Wines es encomiable por su esfuerzo por revolucionar la plaza histórica mientras rinde homenaje al contexto circundante. Wines se inspiró en la topografía de la ciudad, una “vasta alfombra en forma de cuadrícula con esquinas arrugadas donde las colinas rodean la llanura central”, así como el mosaico cultural de la ciudad. Usando la huella original del parque, Wines desarrolló una topografía ondulada alrededor de la periferia de la plaza, nivelando el espacio en un valle central en el núcleo de la plaza.

Wines further divided the square into a pattern of modular grids. Each module represents a unique “mini-environment” with its own vegetal and aesthetic profile derived from the surrounding city. The “Selection of Los Angeles Theme Modules” catalogues the various environments Wines developed for the Pershing Square project. These included a Japanese Garden , an “auto archaeology” module with a half-buried car in recognition of the Los Angeles auto culture, a “Spanish Archaeology” module complete with citrus trees and bougainvillea, beach, tropical, and desert modules in honor of the state’s varying climates, as well as a series of fountains. Wines referred to his scheme of modules as a “magic carpet,” which, when paired with the dynamism of the park’s undulating topography, imbued the space with a “visual drama.” Another drawings drawing shows how these modules interlock throughout the square, flowing from level to raised ground, broken by pathways and a trellised processional at the park’s center. These drawings further attest to Wines’ skill as a draftsman, and in particular his belief in hand drawing as a crucial component of a design’s evolution, together with computer renderings. The varying line qualities and textures suggest the diverse amalgamation of vegetal and visual features throughout his design, which, like the mosaic of contemporary LA, combine into a unified whole.

Wines dividió aún más la plaza mediante un patrón de rejillas modulares. Cada módulo representa un “mini-ambiente” único con su propio perfil vegetal y estético derivado de la ciudad circundante. La “Selección de módulos temáticos de Los Ángeles” cataloga los distintos entornos que Wines desarrolló para el proyecto Pershing Square. Estos incluyeron un jardín japonés, un módulo de “autoarqueología” con un auto medio enterrado en reconocimiento a la cultura automotriz de Los Ángeles, un módulo de “arqueología española” completo con árboles de cítricos y buganvillas, módulos de playa, tropicales y desérticos en honor a los diversos climas del estado, así como una serie de fuentes. Wines se refirió a su esquema de módulos como una “alfombra mágica” que, cuando se combina con el dinamismo de la topografía ondulada del parque, imbuyó el espacio con un “drama visual”. En otro dibujo se observa cómo estos módulos se entrelazan a lo largo de la plaza, fluyendo desde el nivel hasta el terreno elevado, interrumpidos por caminos y una procesión enrejada en el centro del parque. Estos dibujos atestiguan aún más la habilidad de Wines como dibujante y, en particular, su creencia en el dibujo a mano como un componente crucial de la evolución de un diseño, junto con las representaciones digitales. Las diferentes calidades y texturas de la línea sugieren la diversa fusión de características vegetales y visuales a lo largo de su diseño, que, como el mosaico de Los Ángeles contemporáneos, se combinan en un todo unificado.

Article written by Willa Granger for Cooper Hewitt (June 10, 2014)

Text and images via Cooper Hewitt