Greenhouse history is a history of the dialectics of constructive risk, spatial invention and staged intercourse with nature, an image displaying a cultural synthesis of interests in research, in looking, in enjoying the exotic and the charms of diverse natural and artificial forms.
La historia de los invernaderos es una historia de la dialéctica del riesgo constructivo, la invención espacial y las relaciones con la naturaleza, una imagen que muestra una síntesis cultural de intereses en la investigación, en la búsqueda, en el disfrute de lo exótico y los encantos de diversas formas naturales y artificiales.
The networks of artificial construction seem to paraphrase space, with oscillating bounds, charging surfaces, laminations, superimpositions, intensities and resultant, continuous changes depending on observers’ movements. These networks, filigree tissues, thereby appear to compete with the plants themselves which in turn have perhaps aroused such sensual frenzy with their structures, colors and fragrances.
Las redes de construcción artificial parecen parafrasear el espacio, con límites oscilantes, superficies de carga, laminaciones, superposiciones, intensidades y continuos cambios que dependenden de los movimientos de los observadores. Estas redes, tejidos de filigrana, parecen competir con las mismas plantas, lo que a su vez ha despertado un sensual frenesí debido a sus estructuras, colores y fragancias.
As a constructive skeleton, Volker Giencke chose the parabolic arch, the caterary curve known to represent the closest approximation to a natural static form. For reasons of economical engineering, the same arch is put to use as an element in all three houses – with the exception of a fragmentation along the street. The difference between the tropical or warm house, the cold house and the moderate-temperature unit thus lies in the sections of resulting parabolic cylinders and their corresponding – inclined – position to the ground. In turn, these volumes depend on the sizes of plants, i.e. they are subject to quite concrete formal commitments. An absolutely novel, fascinating spatial situation, actually based on a strict geometry and the “semimaterial” appearance of an aluminum construction, is created through the volumes’ concentric penetration or tangential contact.
Como esqueleto constructivo, Volker Giencke eligió el arco parabólico, la curva catenaria, conocida por representar la aproximación más cercana a una forma estática natural. Por razones de economía estructural, se utilizó el mismo arco como elemento para los tres pabellones – con excepción de un fragmento a lo largo de la calle. La diferencia entre el pabellón tropical o cálido, el pabellón frío y el de temperatura moderada reside en las secciones de los cilindros parabólicos resultantes y su correspondiente posición con respecto al suelo. A su vez, estos volúmenes dependen del tamaño de las plantas, es decir, están sujetos a requisitos formales bastante concretos. Una situación espacial absolutamente novedosa y fascinante, basada en una geometría estricta y una apariencia “semimaterial” de una construcción de aluminio, se crea a través de la penetración concéntrica de los volúmenes o el contacto tangencial.
Since the arch-plus-tube construction at once serves to discharge water (it is constructed as a heating facility), a “natural” conflict is generated between its application as a construction and a tool. The architectural concept of a larger distance between the tubes fell a victim of the authorities’ contract administration, so that observers are left alone with the visual limitations of high technology. As a consolation for the architect, however, this circumstance is also to be seen as breaking fresh ground for visual habits, under the new conditions of such materials as aluminum and acrylic glass. In short, the large surfaces, the tendency to visually “volatilize” aluminum, call for a certain optical resistance on the part of the skeleton. New greenhouses are sites of research and sensual conception, of rational encounters with nature or of unsuspecting perceptions of its selective beauty, serving to encounter art, but also to transpose into art.
Dado que la construcción del arco en forma de tubo sirve al mismo tiempo para descargar agua (se construye como una instalación de calefacción), se genera un conflicto “natural” entre su aplicación como construcción y herramienta. El concepto arquitectónico de dotar de una mayor distancia entre tubos no fue posible a la administración impidiendo a los observadores del disfrute de la tecnología. Sin embargo, el arquitecto puede consolarse viendo esta circunstancia como un nuevo avance para el avance técnico en las condiciones materiales tales como el aluminio y el vidrio acrílico. En las grandes superficies, la tendencia a provocar ligereza visual mediante el aluminio requieren de una cierta resistencia óptica por parte del esqueleto. Los nuevos invernaderos son lugares para la investigación y la concepción sensual, son lugares de encuentros de forma racional con la naturaleza, de percepciones inesperadas, fuera de la belleza selectiva, sirviendo como lugares para el arte y al mismo tiempo para trasponer sus propias cualidades artísticas.
Text by Friedrich Achleitner