Casa Calderon, built in 1963 by Fernando Martinez Sanabria, is a building that reflect the late reinterpretation that the Modern Movement experienced in Latin-American. Because of a very different constructive and cultural context from the European Avant-garde, this architecture achieves a spatial and structural spontaneity that would end up defining an autonomous identity.
La Casa Calderón, construida en 1963 por Fernando Martínez Sanabria, es un edificio que refleja la reinterpretación tardía que sufrió el Movimiento Moderno en Latinoamérica. Debido a un contexto cultural y constructivo muy diferente al de las vanguardias europeas, esta arquitectura alcanza una espontaneidad espacial y estructural que terminaría por definir una identidad autónoma.
The house is located in a site with a steep slope an a curved street that defines the plot. The access is on the upper part what it provokes that the visitor has to walk around the house observing its complex geometry from different angles. The curved wall, built in stone and concrete, becomes a half height brick wall that guides the users to the main entrance. This sequence of movements continues in the interior of the house creating a concatenation of spaces in five different levels through three staircases, double height areas and a complex combinations of curved walls and sloped ceilings. This domestic approach reminds us to the Raumplan concept of Adolf Loos; the house is not designed through a functional organization in plan of the different rooms, but with a combination of circulations and visuals in three-dimensional composition of the space. However, the wide options for construction that Colombia offered in the 1960s allowed a formal freedom that Fernando Martinez Sanabria used to connect these spaces with organic forms.
La vivienda se encuentra en un terreno con una fuerte pendiente con una calle en curva que delimita el solar. Se accede por la parte superior lo que obliga a bordear toda la vivienda observando su compleja geometría desde varios ángulos. El muro curvo que bordea la calle, construido en piedra, se convierte en una pared de ladrillo a media altura, guiando al visitante hacia la entrada principal. Esta sucesión de movimientos se traslada al interior de la vivienda creando una secuencia de espacios escenográficos en cinco niveles distintos a través de tres grupos de escaleras, espacios a doble altura y una compleja combinación de muros curvos y cubiertas inclinadas. Este enfoque doméstico recuerda al concepto de Raumplan de Adolf Loos donde la vivienda no se construye a través de una organización funcional en planta de las distintas estancias, sino mediante la combinación de recorridos y visuales en una composición tridimensional del espacio. No obstante, las posibilidades constructivas que ofrecía Colombia en los años 60, permiten una libertad formal que Fernando Martínez Sanabria utilizaría para conectar tales espacios de un modo orgánico.